Nuestra verdadera identidad en Cristo abarca e incluye todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo; e involucra nuestra vida íntima y pública en lo que somos y hacemos, o sea, lo que pensamos, las intenciones del corazón, lo que hablamos, lo que vemos y oímos y lo que hacemos delante de Dios y de quienes nos rodean.
Realmente Cristo es nuestra nueva identidad, somos una nueva creación en Él y sólo se debe vivir de conformidad con su palabra, con la ayuda indispensable del Espíritu Santo, para santificar y glorificar a Dios.
Observa: “Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” 1ª Corintios 6:17 y 19.
Por favor analiza cuidadosamente 2ª Corintios 5.5 al 21, Filipenses 1.21, 29-30, 2.20 y 1ª Tesalonicenses 5.23-24,
Nota Pastoral 032