No descuides ni cambies la prioridad de Dios por las tuyas, por muy importantes y urgentes que éstas sean. No descuides tu relación personal e intimidad con Dios. No descuides su comunión y su presencia, en Cristo, a través del Espíritu Santo. Esa es su prioridad para ti, las 24 horas.
Reflexiona en esta porciones bíblicas: Mateo 6.25-33, Lucas 12.22-31 y Filipenses 4.4-9.
Reflexión 12.
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