La manera cómo Dios proveyó ciudades de refugios para casos especiales por su amor y justicia en Israel es un gran ejemplo que nos enseña que también nosotros tenemos un gran refugio en la persona del Señor Jesucristo. Puedes leer Josué 20.
Observa: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Hebreos 4:14-16.
Por favor, escucha con sumo cuidado este audio, aquí: REFUGIO
Nota Pastoral 040